Que nadie se asuste que no pretendo hablar del poder de la mente sobre la materia ni nada parecido, sino de los efectos beneficiosos que la motivación y el convencimiento pueden tener en el superviviente.

Bueno, pese al mal resultado del año pasado no vamos a darnos por vencidos y vamos a intentarlo de nuevo este año.
En la primera entrega que realicé para ver qué hay de mito y que hay de realidad en la lucha con armas blancas contra zombies cometí un grave olvido: no mencioné nada en absoluto sobre las partes más vulnerables del cráneo del zombie.

Así que voy a intentar corregir dicho lapsus.
Ya sea por ahogamiento, sobredosis o inhalación de substancias tóxicas, ataque al corazón o porque un zombie un tanto especial ha decidido meterle un puño en la boca a nuestro compañero hasta que deje de respirar, la reanimación cardiopulmonar es una técnica básica que todo el mundo debería conocer.

Tan básica que si por mí fuera, haría que fuese obligatoria aprenderla en el colegio.
Uno de los temas más controvertidos y que generan mayor número de acaloradas discusiones entre los amantes del género zombie es, sin dudas, el de la utilización de las armas blancas en la lucha por la supervivencia contra los zombies.

Intentemos pues ver qué hay de mito y que hay de realidad en todo ello, para que de esta forma cada uno pueda llegar a sus propias conclusiones sobre su utilización.