
Hoy vamos a publicar un artículo original de la web de Blindaje Z, que actualmente funcionan como plataforma de difusión del conocimiento zombie en diferentes redes sociales y ya no como web propiamente dicha, y no querríamos que su interesante contenido acabase en el olvido.
En este post, no vamos a hablar sobre cuáles son las posibles causas de un apocalipsis zombie, ya que sobre este tema puedes encontrar mucho material en internet, y en otras entradas de este blog… Lo que nos interesa comentar en este artículo, es cómo debe ser un cerebro, y que peculiaridades fisiológicas debe presentar, para que el comportamiento humano normal se vea alterado hasta el punto de que aparezca un comportamiento similar al de un zombie. Dicho con otras palabras, vamos a hablar de qué alteraciones debe sufrir el cerebro de una persona para que esta se vea convertida en un zombie.
A rasgos generales debemos decir que probablemente las afectaciones a nivel corporal serían muchas, y que las alteraciones fisiológicas podrían ser tanto a un nivel muy específico, como a un nivel muy generalizado. Sin pretender ser excesivamente exhaustivos, ni con la intención de especificar cómo sería un zombie en el caso de que apareciesen, a continuación vamos a ver cuáles serían las principales áreas del cerebro que deben estar dañadas, o que deben presentarse disfuncionales en cierta medida, para que el comportamiento de una persona sea similar al de los zombies más prototípicos:

El Cortex Prefrontal. Esta región cerebral está implicada en los procesos de toma de decisiones, y control de impulsos. El mal funcionamiento de esta área cerebral justificaría el comportamiento impulsivo, errático, y carente de planificación o razonamiento inteligente que manifiestan los zombies.
Cortex Orbitofrontal Ventromedial. En el caso de que el cortex prefrontal no se viese realmente alterado, probablemente sí que lo estaría el cortex orbitofrontal ventromedial (también llamado cortex prefrontal ventromedial), el cual regula el comportamiento ético y social. Esta zona permitiría el comportamiento inmoral y psicopático que muestran los zombies.
Habitualmente además, solemos imaginar que los zombies no son especialmente sociales, y no se relacionan o comunican bien entre ellos, o con otras personas no infectadas. Esta incapacidad del manejo del lenguaje, puede deberse a un daño generalizado en el hemisferio izquierdo que afecta al Área de Wernicke, implicada en la comprensión del lenguaje, y al Área de Broca, relacionada con la capacidad de articulación y emisión lingüística. Por supuesto esto no tiene por qué ser una característica fundamental de un zombie, ya que el hecho de que comprendan o no el lenguaje, no es algo esencial en el comportamiento agresivo y caníbal.
Estamos acostumbrados a ver también, como los zombies ignoran los peligros de su entorno, mostrando una ausencia total de miedo y una furia extrema. Esto podría ser debido a una serie de alteraciones en el sistema límbico, especialmente la Amígdala, la cual regula la activación de las emociones, así como procesos relacionados con la evaluación de peligros, y juicios emocionales… Una lesión en esta región también estaría relacionada con la ausencia de la memoria emocional, por lo que el comportamiento de un zombie no se vería condicionado por la presencia de seres queridos. Aunque esto también podría estar justificado por una grave dificultad para reconocer rostros (causado por otro tipo de daño cerebral), lo cual es conocido como Prosopagnosia.
Si imaginamos a un zombie, es posible que pensemos también en sus ansias insaciables de devorar. Esto podría deberse a un mal funcionamiento del Tálamo, concretamente de los Núcleos Ventromedial y Posterolateral, los cuales están implicados en la regulación de las señales fisiológicas de hambre y saciedad problemas con las señales de saciedad.
Por último, si consideramos que existe una pérdida de la identidad individual, y los recuerdos autobiográficos, podríamos pensar que existiría también una afectación en el Hipocampo, un núcleo cerebral relacionado estrechamente con los procesos de almacenamiento y recuperación de los recuerdos. Un hipocampo disfuncional puede implicar una pérdida total o parcial de la memoria, y de las capacidades para aprender cualquier cosa.
Interesante artículo, gracias por compartirlo… Aunque tenía bien entendido que la capacidad para reconocer caras y objetos reside en el “Gyrus Fusiforme” y no en el conjunto que denominamos como “Amígdala”…
Si bien ambos forman parte del lóbulo temporal -supongo que, por simplificar, se refieren a esa sección.
De todas formas, me gustaría conocer… ¿en base a qué argumentos se sustenta la idea que un “cerebro zombie” mantendría cierta actividad?. Acaso no tendría una completa muerte encefálica o cerebral?.
Bueno, yo no soy ningún entendido en el tema, pero si el agente zombificador no mantubiera activa cierta parte del cerebro, un zombie solo sería un cadáver reanimado pero inmóvil e isensible, no?
Si bien es cierto que para que una persona se convierta en zombie ésta ha de morir y posteriormente ser reanimada como zombie por el agente zombificador, ya que en caso contrario estaríamos hablando de un infectado y no de un zombie, y que la muerte de la persona conlleva su muerte cerebral, lo cierto es que una vez reanimado como zombie el cerebro del mismo continua parcialmente en funcionamiento, un funcionamiento mermado con respecto a las capacidades del funcionamiento normal de la persona de la que proviene pero lo suficientemente funcional como para dotar al zombie de las capacidades psicomotrices y sensoriales que todos conocemos.
Ahora reflexionando sobre esto, me acabo de dar cuenta que resultaría realmente aterrador que el zombie conservase completamente intactas las capacidades cerebrales de la persona de la que proviene. En ese caso nuestras posibilidades de supervivencia se verían mermadas notablemente, casi reducidas a cero.
Por otra parte, y volviendo a quid de la pregunta sobre la justificación del mantenimiento de la actividad cerebral en los zombies, max Brooks en su archiconocida obra Zombi. Guía de supervivencia (The zombie survival guide. 2004), y con respecto al virus solanum, afirma que una vez éste alcanza el cerebro,y cito textualmente, “el virus usa las células del lóbulo frontal para la replicación y las destruye en el proceso.Durante este periodo, cesan todas las funciones del cuerpo. Cuando se para el corazón, se da por muerto al sujeto infectado. El cerebro, sin embargo, continúa vivo pero inactivo, mientras el virus muta las células y las convierte en un órgano completamente nuevo.” … “Una vez completada la mutación, este nuevo órgano reanima el cuerpo convirtiéndolo en una forma que guarda poco parecido (fisiológicamente hablando)con el cadáver original.”
En esta misma obra, en el apartado en el que explica los síntomas de la infección y el proceso de conversión de un humano infectado, especifica que sobre las 20 horas posteriores a la infección se produce la parada cardiaca y que en ese momento la actividad cerebral es nula, produciéndose en las horas posteriores la resurrección del infectado como zombie.
Como puedes ver el Mr. Brooks no habla en ningún momento de la muerte cerebral, algo que por otra parte se debería de dar para que médicamente consideremos que la persona ha muerto, y por tanto podamos hablar de un zombie, sino que tan solo habla del cese de la actividad cerebral pero de cómo posteriormente el cerebro mutado a cerebro de zombie continua funcionando.
Y por analogia entiendo que los otros agentes zombificadores, exceptuando aquéllos capaces de reanimar a los cuerpos ya muertos con anterioridad a su infección o interacción, actuaran de forma parecida.