Bueno, hace tiempo que no hacemos ninguna entrada dedicada a nuestro proyecto hortícola, Huerto Anti Zombie, por lo que podría creerse que ha caído en el olvido.
Pero nada más lejos de esto, así que aprovecharemos estos inestables días de primavera para explicar cómo va nuestro proyecto.
Primero de todo quiero agradecer a Alfred por facilitarme la mayoría de fotografías que ilustrarán esta serie de artículos, al menos las que hagan referencia a la horticultura tradicional. Porque la principal característica de nuestro HAZ este año es que se ha dividido en dos vertientes, la del huerto tradicional (en terreno agrícola) y la de huerto urbano en la terraza de mi piso. Y a Sara por ayudarme en las operaciones logísticas de compra y traslado de materiales.
Pero empecemos por el principio.
Preparativos previos
Lo primero de todo es preparar la zona a cultivar. En el caso del huerto tradicional, las tareas que se realizaron consistieron en:
– Fangar y voltear.
– Abonado del terreno.
– Pasar multicultor y allanar el terreno.
– Instalar el sistema de riego por goteros.
Para el huerto urbano en terraza, lo primero fue comprar los “recipientes” en los que plantar. Para ello y por economía, decidí utilizar unos arcones de resina destinados a almacenaje y no unas jardineras tradicionales. Así conseguí ubicar 3 de estos arcones/jardineras en la terraza.
Lo siguiente fue preparar, o mejor dicho, incorporar el terreno de cultivo, a base de sustrato universal para plantas y abono de caballo (curiosamente comercializado bajo el nombre de “rectificante”). En principio cada arcón tenía una capacidad interna de 260 litros, pero finalmente le cupieron bastantes más: en total utilicé 14 sacos de 80 litros de sustrato más 1/2 saco de 60 litros de rectificante, lo que sale a unos 380 litros por arcón (téngase en cuenta que los litros aquí expresados corresponden a volumen aparente, volumen que luego decrece al compactarse la materia de la que se compone).
En un principio había pensado poner una capa de material drenante , graba o similar, y hacer agujeros en el fondo del arcón, pero deseché la idea al ver que los propios arcones tenían intersticios entre los elementos que lo formaban. Lo de los agujeros fue correcto, pero lo de ahorrarme la capa de drenaje creo que me va a costar caro.
Siembra y plantado
La siembra consiste en colocar una o varias semillas en terreno en las condiciones idóneas para que germine y crezca la planta. Plantar consiste en colocar en el terreno una planta ya germinada y algo crecida, denominada plantel.
Tanto en el caso del huerto tradicional como en el del urbano, una y otra son básicamente iguales.
Para plantar el plantel, se practica un orificio en el terreno, con una herramienta, plantador o similar, o con la mano si el sustrato lo permite (como en el caso de los arcones/jardineras). A continuación se introduce el plantel casi en su totalidad, dejando solo fuera las hojas, se rellena el espacio restante y se compacta con la mano, regándolo a continuación para compactarlo aún más.
En el caso de la siembra, se practica un agujero, se riega profusamente, se introducen varias semillas (en función de lo que se plante), se rellena con compost y se vuelve a regar, dejándolo así hasta que la planta consiga salir al exterior. Una vez germinadas y crecidas unos 4 dedos de altura, se procede a dejar una planta o máximo de 2 plantas, en función de la especie, seleccionando las de mayor vigor y porte.
En el caso del huerto urbano, solo sembré unos dientes de ajo que me habían germinado en el frutero y a los que quise dar una oportunidad de sobrevivir, limitándome a hundirlos en el sustrato unos centímetros y rellenando el hueco restante. Así mismo planté 6 matas de tomatera, 2 calabacineras y 6 lechugas.
En el caso del huerto tradicional, imaginaos cualquier cosa que pudiera haber en un esplendoroso huerto y sin duda allá se habrá plantado.
El primer mes
Pues desde la siembra/plantación ha trascurrido un mes para el huerto urbano y un mes y medio para el tradicional, siendo los resultados completamente dispares.
Mientras el huerto tradicional continua con su crecimiento esplendoroso, el urbano en terraza presenta un aspecto decrépito y medio marchito. Por el camino se ha muerto una de las lechugas y las otras no presentan mejor aspecto, pareciendo que hubiesen quedado estancadas en su crecimiento, algo parecido a lo que les ha sucedido a las tomateras y las calabacineras no presentan mejor aspecto.
Todo ello creo que no es debido a la falta de luz solar ya que la terraza está orientada al sur, si no a la falta de capa drenante y a un exceso de riego, debido este último a mi equivocada creencia que precisamente era agua lo que les faltaba, lo que ha provocado que el terreno de cultivo esté completamente saturado de agua.
De momento he disminuido drásticamente el riego, tanto en cantidad como frecuencia, pero ya veremos lo que se salva y que no (como referencia, si no recuerdo mal, en el anterior HAZ, en menos de un mes después de su plantación, ya recogía unos magníficos calabacines).
Como mínimo de este error aprenderemos para no cometerlo en caso de Apocalipsis zombie, ya que este caso una simple anécdota se tornaría en un funesto contratiempo.
No se merecen!! Fue un placer ayudarte 😉
Todo sea por la causa y por pasar un rato entretenido en buena compañia.
Yo hace poco tuve un proyecto escolar parecido. Lo que hicimos fue usar botellas de pet (de las de 2.5-3 litros) para plantar por plantel (eso no sabia que tuviera si quiera nombre), sembramos mejorana, inojo, una cabolla y dos tomates.
Tienen la ventaja de que es mas barato y movil, aunque pierden capacidad de plantacion (solo caben cosas pequeñas).
Creo que hare algo parecido un día de estos.
Desgraciadamente las calabacineras del HAZ urbano han pasado a mejor vida. Y las tomateras parecen que van en el mismo camino…parece ser que el HAZ urbano ha fracasado y, lo peor, no sé el motivo (falta o exceso de agua, exceso de abono, falta de sol..)