A finales del pasado mes de septiembre finalizó el proyecto HAZ.
Lo cierto es que por condiciones meteorológicas aún podría haber aguantado unas semanas más, pero el curso de horticultura al que estábamos apuntados, y por el que nos habían cedido nuestra parcela, finalizaba en esa fecha, así que no había más remedio que dejarlo todo en su estado original.
En total han sido 25 semanas de trabajo, en las cuáles se ha visto una clara evolución del huerto, tanto a nivel productivo como a nivel vital de las plantas que lo componían.
Si las primeras 9 semanas fueron de crecimiento e inicio productivo, las semanas de la 15 a la 20 (finales de julio y principios de agosto) fueron las del auge productivo, obteniendo la mayor producción la semana 17(referida a kilogramos totales). Curiosamente la siguiente semana más productiva corresponde a la 14, situada fuera del periodo anteriormente mencionado.
(Semana 14)
(Semana 17)
A partir de ahí, el HAZ sufrió un declive productivo y vital, lento pero progresivo, llegando a aparecer hongos en diversas plantas (calabacineras principalmente, las cuáles se recuperaron gracias a la aplicación de sulfato de cobre), envejecimiento de las tomateras (secado de las hojas inferiores) y muerte de las moncheteras (judías).
(Semana 21)
(Semana 24)
Precisamente estas últimas fueron la mayor decepción de todo el proyecto HAZ, ya que había depositado, después de diversas conversaciones sobre ellas, grandes esperanzas como cultivo de supervivencia. Pero a la hora de la verdad, dieron una sola cosecha (4’1 kg) y se secaron sin que esto pudiese ser directamente atribuible (o no se detectó) a un malfuncionamiento del sistema de regadío o la acción de alguna enfermedad o plaga.
La otra decepción del proyecto fueron las berenjenas. Si bien es cierto que éstas, junto con los pimientos, debían iniciar su producción en las semanas finales, no llegaron a producir frutos de tamaño, color y textura normal, secándose la mayoría en las matas y llegando a morir una de las mismas. Al igual que en el caso anterior, las causas del fracaso productivo no han sido determinadas.
Los pimientos, si bien no fueron un éxito enorme y tuvieron dificultades iniciales (crecimiento lento, frutos pequeños, aspecto poco vigoroso), en las últimas 5 semanas iniciaron su producción “normal” (antes había sido más bien anecdótica) que podría haber sido alargada unas semanas más. Con todo, los frutos recogidos no lo fueron de un gran tamaño, sino más bien pequeños. Al igual que con las dos anteriores, con las cuáles compartía bancal, las causas de esta pobre producción no han sido esclarecidas.
Sin lugar a dudas, las reinas del HAZ han sido las tomateras, llegando a producir 22 kg en una semana (de un total de 61’2 kg), siendo también las que mayor superficie de cultivo tenían destinadas. Seguidamente vendrían las calabacineras, que llegaron a producir 13’7 kg en una semana (de un total de 47’9 kg) y que fueron las que más rápidamente empezaron a producir (en la semana 9, 5 semanas después de plantarlas; las tomateras tardaron 10 semanas). Finalmente las cebollas tuvieron un crecimiento y un rendimiento correcto, pero fueron recogidas prematuramente, con lo que no alcanzaron el tamaño óptimo que podrían haber conseguido.
Como incidencias significativas, y que hayan sido correctamente identificadas, tan sólo puedo señalar dos: la presencia de hongos en las tomateras y en la calabacineras y la entrada del jabalí en el huerto. Este último produjo unos daños más bien anecdóticos, considerando las destrozas que podría haber ocasionado, ya que se limitó a hozar en los espacios entre las plantas, moviendo parte del sistema de riego, rompiendo alguna rama de tomatera y afectando a varias cebollas que desenterró pero no comió.
Conclusiones finales
A falta de las estadísticas productivas, que publicaré más adelante, he de concluir afirmando que la experiencia ha sido grata y muy productiva, sin referirme a la cantidad obtenida, sino al conocimiento adquirido.
Si algo he aprendido de esta experiencia, aparte que la mala hierba nunca muere, tal y como afirmaba en mi anterior entrega, es que la naturaleza, o más bien los seres vivos que la formamos, estamos “diseñados” para sobrevivir. La vida se abre paso, de forma más o menos penosa, pero lo hace.
Con esta optimista afirmación no pretendo afianzar nuestra confianza en sobrevivir a un Apocalipsis Zombie, sino mitigar el miedo que nos podría causar el tener que cultivar nuestro propio alimento. Yo al principio tenía miedo de hacer mal las cosas, que las plantas se me murieran o no dieran sus frutos. Pero entonces comprendí que las plantas, en principio, por sí solas vivirían como lo harían en su estado natural, salvo que yo hiciera alguna acción directamente encaminada a matarlas. Así, mis actos solo se limitarían a ayudarlas mediante el riego o el control de enfermedades y plagas con el objetivo de intentar conseguir el mayor resultado posible. Esa creo que es realmente la función del agricultor, el crear las condiciones óptimas que ayuden a las plantas para que tengan la mayor producción posible, conocimientos que se han ido transmitiendo de generación en generación.
Obviamente se han de tener unos conocimientos básicos, pero poco a poco la experiencia irá haciendo que concretemos que acciones resultan beneficiosas para las plantas que cultivamos y, por tanto, para la producción que obtendremos. Obviamente, adelantaremos mucho si ya tenemos estos conocimientos, ya sea porque alguien nos los ha explicado o porque los hemos leído en algún libro, pero no obstante la práctica de los mismos nos dará un conocimiento del tipo que no puede ser transmitido por palabras.
Como en otros aspectos de la supervivencia zombie solo hay una manera de hacerlo, preparándose con antelación. Así que ya sabéis, a ponerse manos a la obra!!
Si señor con su espantazombie incluido buen asunto esto de los huertos y buen asunto también para reconocer el valor de un tomate o un pimiento que parece que sea tan fácil de comer como de plantar y crecer pero ¿que come un zombie antes de convertirse en tal…..si tenéis ocasión no dejéis de sintonizar un asunto que se llama (crónicas carnívoras) zzz . espeluznante . rozando el porno , para personas que tengan problemas de peso y sobre peso. PURO VENENO televisivo. segun parece un prezombie come una especie de revoltijo donde tambien se encuentran los vegetales pero solo como adorno. perdidos entre revozados salsas y demas extras y superextras xxxxl supercolesterollllllllll . la ostia santa con lo bueno que esta un tomate del huerto solo con sal.