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Orígenes 1 – Vudú (Parte 1)

Yo anduve con un zombie

El vudú eran unas creencias y rituales que siempre relacionamos con algunos países de América Latina, la zona de las Antillas y Haití. Pero si realmente tenemos que buscar su orígen, lo podemos encontrar en las costas africanas del golfo de guinea, donde partió con las naves negreras para acompañar a los esclavos y vivir con ellos en el nuevo mundo. Realmente hay muchas teorías al respecto, y seguramente el vudú que se conoce hoy en dia y se sigue practicando no será igual al que se practicaba antiguamente, ya que ha recibido muchas influéncias de la cultura latina y, hasta podriamos teorizar, cristiana.

Grácias a unos rituales, estos brujos (llamados bokor) conseguian robar el alma menor (ti bon ange) a algun ser humano, obteniendo así el control absoluto sobre la voluntad de esa persona.

Este ritual se lleva a cabo cuando la persona está al borde de la muerte y cuando ésta ya ha fallecido. El ti bon ange se guarda en una botella especial, y el ya llamado zombie es un esclavo al mando de quien le ha animado hasta su total descomposición, porque la putrefacción natural de un cadáver sigue su curso.

De hecho, el término zombie que usamos hoy en dia tiene su orígen precisamente en esos rituales, donde la palabra zumbi significa “fetiche” en el Congo.

Muchas de las cosas que hoy en dia sabemos sobre el tema, las conocemos grácias al periodista americano William Seabrook, que recorrió Haití investigando estos rituales y estudiando esa cultura. Seabrook nos habla de un banquete de boda vudú tal y como se lo contaron, con el objetivo de convertir a los cadáveres en zombies por arte de mágia.

“Cerca de ella, los negros dedos de un silencioso huésped agarraban rígidamente el pie de una copa de vino que, ladeándose, estaba derramando su contenido. El horror que la embargaba se desbordó. Cogió una vela, la acercó a la cabeza, que estaba inclinada y caída, y pudo comprobar que el hombre estaba muerto. Estaba sentada a la mesa del banquete en compañía de cuatro cadáveres…”

La gente que teme a la brujería intenta evitar que mediante esos rituales se puedan levantar a sus muertos. Por eso a veces se suele enterrar a los difuntos inyectándoles veneno, mutilándoles o mutilándoles. Otra práctica más común es enterrarlos con agujas y carretes de hilo o con puñados de sésamo. Se cree así que el difunto estará tan ocupado enhebrando agujas o contando pepitas de sésamo que no hará caso al bokor. Un hecho curioso es que para romper la maldición de estos zombies bastaría con hacerles probar algo de azucar o cualquier golosina, ya que así son conscientes de su condición de muertos y vuelven a sus lugares de orígen.

Ya sean realmente muertos levantados, algun tipo de hipnotismo realizado a los vivos o a saber qué tipo de mágia negra, no deja de ser turbador saber estas cosas, ¿verdad?

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