Ya sea por ahogamiento, sobredosis o inhalación de substancias tóxicas, ataque al corazón o porque un zombie un tanto especial ha decidido meterle un puño en la boca a nuestro compañero hasta que deje de respirar, la reanimación cardiopulmonar es una técnica básica que todo el mundo debería conocer.

Tan básica que si por mí fuera, haría que fuese obligatoria aprenderla en el colegio.